Durante el fin de semana, San Francisco sufrió un apagón catastrófico. Cientos de miles de personas quedaron a oscuras y las calles eran un caos con los semáforos apagados. Todavía no sabemos la causa, pero la implicación es clara: Estados Unidos debe modernizar la red eléctrica.
La construcción de infraestructura de inteligencia artificial está generando la mayor inyección de liquidez en la infraestructura energética estadounidense de la historia. El poder es el cuello de botella para implementar la computación necesaria para mantener el liderazgo de Estados Unidos en inteligencia artificial. Se están invirtiendo billones de dólares en la energización de los chips.
Hay energía más que suficiente disponible en Estados Unidos para el desarrollo de la IA, pero las regulaciones han hecho que sea innecesariamente difícil convertir megadólares en megavatios. Eso está empezando a cambiar. El regulador de energía, FERC, está despertando. El capital se movilizará.
Una vez que los incentivos estén correctamente alineados y el capital pueda empezar a fluir desde los chips a las líneas eléctricas y las plantas de energía, Estados Unidos verá la mayor expansión de su infraestructura energética en la historia, impulsada por el auge de la IA.
Esa infraestructura seguirá alimentando fábricas estadounidenses, fábricas de chips estadounidenses, refinerías y fundiciones estadounidenses. Los largos años de estancamiento energético pronto terminarán.
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