Los cerebros humanos también son probabilísticos. Así es como jugamos al fútbol, extrapolamos intuitivamente la trayectoria de la pelota y de los otros jugadores. No ordenamos manualmente a los músculos de nuestras piernas que se muevan de acuerdo con ecuaciones calculadas mediante el pensamiento consciente.
Una intuición bien calibrada suele llamarse "talento". Es en parte innata y en parte adiestrada. Lo que hace que el cerebro humano sea cualitativamente diferente es su capacidad de tener cadenas de pensamientos muy largas: podemos planificar días, semanas, meses, años, incluso décadas y siglos por adelantado.