Había un hombre japonés llamado Kotoku Wamura, alcalde de una pequeña ciudad, Fudai Gastó gran parte de su capital político en insistir en la construcción de una compuerta absurdamente alta de 15,5 metros. Durante décadas se consideró un desperdicio y fue objeto de burla; olas de esa altura eran casi inauditas. ..Hasta el tsunami de Tohoku de 2011, de 50 a 65 pies de altura, cuando se salvó toda la ciudad y los pueblos vecinos quedaron completamente destruidos.
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