El fin del parto es que culmine con madre e hijo vivos. El fin de la lactancia es que el hijo se alimente y gane peso. Los avances médicos y tecnológicos han logrado que el parto sea cada vez más seguro en los hospitales. Y que casi no mueran niños gracias al biberón.
Durante siglos mujeres y bebés morían en el parto, o les quedaban secuelas gravísimas. O las mujeres pasaban dolores horribles durante días. Muchas mujeres hacían lo imposible por no quedarse embarazadas. Y muchos niños morían desnutridos porque sus madres no tenían leche.
Pero cuando el progreso consiguió minimizar esos avances...convertir esos problemas casi en anecdóticos...la sociedad los perdió de vista. Y los fue olvidando. Y cuando las necesidades físicas están cubiertas, empiezan a tomar el control las emociones.
Y las emociones empiezan a convertir los medios en los fines. Y en torno a estas necesidades emocionales tan intensas surgen muchísimos negocios que las aplauden, las facilitan y las potencian hasta convertirlas en imprescindibles. Como parir en casa, o dar lactancia materna.
En nuestra sociedad actual ya no son un medio que muchas veces fallaba o era insuficiente. Ahora, para muchas mujeres, son EL FIN PRIMORDIAL. Un parto "exitoso, real, con conexión emocional..." es el más natural del mundo. Sin epidural, sin cesárea, y si es posible en casa.
Una alimentación más sana, que "crea un vínculo madre e hijo, que hace hijos fuertes y sanos..." es exclusivamente la lactancia materna. Todo un mundo de propaganda, asociaciones, especialistas, dispositivos, apoyo, influencers, orientadas a ayudar a las mujeres a lograrlos.
Y si se hubiese alcanzado de verdad el EQUILIBRIO, sería lo perfecto. Potenciar lo natural, sin fármacos, sin añadidos, sin necesidades externas...mientras sea seguro y posible. Pero no desechar las otras opciones ante el mínimo riesgo de inseguridad.
Porque el fin principal del parto no es el modelo de parto, sino que madre e hijo lo culminen vivos y sanos. Y el fin principal de la lactancia no es la lactancia materna exclusiva, sino que el hijo crezca sano y fuerte.
Pero en el extremo del péndulo se entra en el upside-down. En el mundo del revés. Y los medios se convierten en los fines. Y se idealizan, se romantizan, se convierten en necesarios, imprescindibles. En el mayor deseo, la mayor felicidad. Y devoran la salud mental.
Hasta el punto de que hay mujeres que llegan a extremos peligrosísimos por lograr el parto en casa, en el agua...o por dar a su bebé lactancia materna exclusiva. O caen en terribles depresiones si no lo consiguen. Se sienten "cobardes,débiles,malas madres, vendidas al sistema".
Los que trabajamos en emergencias extrahospitalarias vemos como LA EMERGENCIA MÁS ANGUSTIOSA un parto extrahospitalario que vaya mal. No llegamos a tiempo. Encontramos madres desangradas, muertas de dolor, bebés en riesgo extremo, secuelas imposibles de prever, y a veces muerte.
Los equipos hospitalarios que reciben a estas madres y a estos bebés y atienden estos partos complicados lo pasan terriblemente mal. Y si el resultado es una muerte o un bebé con secuelas graves de por vida, la sensación de "todo esto se podía haber evitado" es durísima.
Por supuesto que parir en un hospital no garantiza al 100% que todo vaya bien. Por supuesto que falta mucho camino para llegar al parto hospitalario perfecto para las familias. Y que sus deseos se tienen que tener cada vez más en cuenta. Y que se sigue aprendiendo y mejorando.
Pero que el parto hospitalario, con varios ginecólogos, pediatras, intensivistas, intensivistas pediátricos, anestesistas, matronas, enfermeros, TCAE, celadores, limpieza y esterilización, medicación, aparatos, quirófanos... ...todos ellos al alcance por si hay una urgencia...
...da muchísimas más probabilidades de salvar un parto complicado que si este ocurre en casa, en el río, en el mar, lejos de una ambulancia y más lejos aún de un hospital... ...es indiscutible.
"Es que en casa se pueden atender los partos que se desarrollan bien y evolucionando de forma natural". No. Es que CUALQUIER PARTO, por bien que haya ido el embarazo, por bien que hayan ido los partos previos de esa madre... ...se puede complicar.
Si ves UNO solo de esos partos complicados, no lo olvidas en 7 vidas que vivas. Pero como la sociedad actual está en el otro extremo del péndulo, y ha perdido de vista los horrores previos a los avances hospitalarios... ...y lo que no se ve parece que no existe...
...solo nos queda rezar para que el péndulo se pare de una vez en el centro. Y se fomente lo natural sin llegar a poner en riesgo la vida y la salud de madre e hijo.
Un ejemplo de un posible equilibrio razonablemente seguro, con control, personal cualificado y proximidad a un hospital... ...vs un despropósito en nombre del supuesto empoderamiento femenino sin control ninguno. ultimahora.es/noticias/local…
Estoy muy de acuerdo en que las mujeres que han tenido una mala experiencia en el hospital el día de su parto buscan otras opciones. Tenemos mucho que mejorar. Pero también deberíamos explicar a las mujeres las posibles realidades, que pueden chocar con sus expectativas.
El problema de X es que no es fácil que se entienda todo lo que se quiere transmitir. En el post hablo de los extremos. De quienes idealizan el parto en casa o la LME hasta el punto de entrar en depresión o ponerse en riesgo. Y lo explico desde mi experiencia en emergencias.
Pero estoy muy de acuerdo con quienes dicen que muchas mujeres huyen de los hospitales tras malas experiencias. Creo que hospitales y casas de parto deben evolucionar mucho, orientados a partos naturales y respetuosos con las mujeres. Pero equipados para posibles emergencias.