Siempre me pregunté si existía algo llamado vida que existiera sin algún trabajo terrible. Resulta que sí existe, se llama: una pura curiosidad por la aventura y el enriquecimiento de la trama que mantiene el objetivo final del disfrute del proceso en mente en lugar del resultado.
Extraño un poco mi práctica diaria de escritura, tal vez sea hora de escribir un libro de ficción que encapsule el escape de un niño interior al mundo adulto.