Lo he estado reproduciendo y es un fuerte contendiente para el puesto de los compases de piano más obsesivamente hermosos de todos los tiempos (de la Sonata 3 de Chopin).
Toda la pieza da la sensación de no existir. Una inspiración bachiana muy evidente, aunque a veces casi jazzística (definitivamente se necesita un toque improvisado en el pasaje destacado).
