Un efecto secundario de mi alarmante adicción a los agentes de codificación es que trabajo todos los días hasta que mis ojos están demasiado cansados para leer nada. Y aunque siempre he rechazado los audiolibros y la escucha como una forma inferior y más lenta de absorber información, con una comprensión y retención mucho peores (todo lo cual, lamentablemente, sigue siendo cierto en mi caso), ahora es la única forma en que puedo consumir de manera realista ciertos tipos de contenido, ya que puedo hacerlo con los ojos cerrados en la cama. Así que, para mi sorpresa, una de mis aplicaciones más usadas ahora es la de lectura de Eleven Labs. Puedes pegar un enlace a un artículo, un libro o simplemente un texto aleatorio y que te lo lea de forma bastante natural e inofensiva. Tengo predilección por la voz de “George”, pero tienen tantas para elegir que seguramente podrás encontrar una que no te resulte molesta. Por $5 al mes, mi suscripción a Eleven es probablemente la propuesta con la mejor relación precio-calidad entre todas mis numerosas suscripciones a servicios de inteligencia artificial.
