Parece que el año que viene empieza a tener sentido trabajar en productos cuyo público objetivo sean los sistemas de IA, incluyendo el marketing. Aún es pronto para saber cómo será ese embudo de adquisición, pero ya está aquí.
Y no me refiero a trabajar en cosas que un humano compraría para conectar a su IA. Me refiero a cosas que una IA buscaría y compraría para resolver sus propios problemas.