Compartiendo el último artículo del profesor Chen Tianqiao. El ocaso de la gestión y el amanecer de la inteligencia: reescribiendo los genes biológicos de las empresas Introducción: El ocaso de la gestión El gurú de la gestión Peter Drucker dijo una vez que el mayor peligro en tiempos turbulentos no es la turbulencia en sí, sino actuar según la lógica del ayer. Hoy nos encontramos en un momento crítico y muy peligroso. Desde la perspectiva de la evolución de sistemas, la administración en sí no es una verdad eterna. Esto no se debe a fallas en la teoría de la administración, sino a que cuando los cerebros de los organismos basados en el carbono, a los que sirve, estén a punto de ser reemplazados por agentes inteligentes, la premisa de la existencia de la administración también desaparecerá físicamente. Por lo tanto, la futura transformación corporativa no consistirá en una "mejor gestión" basada en la IA, sino en la "salida de la gerencia". No se trata de si es correcto o incorrecto, sino de una inevitabilidad estructural. Cuando la ejecución ya no dependa de la biometría, la misión histórica de los edificios institucionales construidos sobre ella habrá llegado a su fin. Capítulo 1: Compensación histórica: la gestión como «sistema correctivo» El edificio de la gestión moderna se asienta sobre un pantano llamado "limitaciones biológicas". Todas las herramientas de gestión que hemos defendido durante el último siglo han sido, en esencia, "parches" para el cerebro humano: Inventamos los KPI no porque puedan medir el valor con precisión, sino porque al cerebro humano le cuesta fijar objetivos a largo plazo. Olvidar es la norma en los organismos basados en el carbono, y necesitamos indicadores. Inventamos la jerarquía no porque fuera eficiente, sino porque la memoria de trabajo humana solo puede procesar 7 ±2 nodos. Para evitar la sobrecarga cognitiva, nos vemos obligados a comprimir la información mediante la jerarquía. Inventamos mecanismos de incentivo no para crear valor, sino para contrarrestar la disminución natural de la motivación y el aumento de la entropía en los organismos. La ciencia de la administración nunca ha mejorado realmente la "inteligencia" de las organizaciones. Es un sofisticado "sistema correctivo" que intenta consolidar la corrección mediante instituciones antes de que la mente humana falle. Cuando la ejecución depende de los humanos, una empresa es un contenedor institucional construido para albergar defectos cerebrales. Capítulo dos: La intervención de agentes inteligentes: una nueva “anatomía cognitiva” Entonces, ¿cuál es exactamente la alternativa que vamos a presentar? Tenga en cuenta que cuando digo "agente", no me refiero a un software más rápido, sino a un ser completamente diferente de los humanos en términos de anatomía cognitiva. Si colocamos a empleados humanos y agentes inteligentes en una mesa de autopsias para compararlos, encontraremos tres diferencias fisiológicas fundamentales: En primer lugar, está la continuidad de la memoria. La memoria humana es fugaz y frágil; dependemos del sueño para restablecerla, y el contexto suele estar interrumpido. Sin embargo, los agentes inteligentes poseen EverMem, que no es un flujo de trabajo fragmentado, sino un historial continuo. No olvida, no requiere transferencia, y cada inferencia que realiza se basa en este historial completo. En segundo lugar, está la naturaleza holística de la cognición. Los humanos, limitados por el ancho de banda, deben filtrar la información mediante estructuras jerárquicas. Sin embargo, los agentes inteligentes poseen capacidades completas de alineación de contexto. No necesitan sincronizar la información mediante reuniones semanales departamentales; la red de conocimiento de toda la organización les es transparente en tiempo real. Ven el panorama completo, no solo una comprensión parcial y fragmentada. En tercer lugar, está la naturaleza endógena de la evolución. La motivación humana depende de la dopamina y las recompensas externas, y se ve fácilmente disminuida. En cambio, las acciones de un agente inteligente se derivan de la tensión estructural del modelo de recompensa. No necesita ser "persuadido" para funcionar; cada acción que realiza tiene como objetivo lograr la convergencia de la función objetivo. No se trata de empleados más fuertes: son una nueva especie que opera según leyes físicas diferentes. Capítulo 3: El colapso de los cimientos: cuando una nueva especie se encuentra con un viejo contenedor Ahora bien, ¿qué ocurre cuando metemos a la fuerza a esta nueva especie, que posee “memoria continua, cognición holográfica y evolución endógena”, en un viejo contenedor de gestión diseñado para humanos? Ha comenzado una reacción de rechazo sistémico. Los cinco pilares que antaño sustentaban a las empresas modernas están pasando de ser «salvaguardias esenciales» a «restricciones inteligentes»: El colapso de los KPI: de la “navegación” al “techo” Necesitamos KPI porque los humanos somos propensos a perdernos. Sin embargo, para un agente inteligente que se centra constantemente en una función objetivo, los KPI rígidos limitan su capacidad para encontrar mejores caminos en un espacio infinito de soluciones. Esto es como dibujar una pista fija para un coche autónomo y esperar que evite obstáculos inesperados. El colapso de las estructuras jerárquicas: de los “filtros” a los “bloqueadores” Originalmente necesitábamos estructuras jerárquicas porque el cerebro humano no podía procesar demasiada información. Sin embargo, para los agentes inteligentes capaces de gestionar miles de niveles de contexto, las estructuras jerárquicas ya no son filtros, sino "trombos" que obstaculizan el libre flujo de datos. En las redes inteligentes, cualquier capa intermedia supone una pérdida de información innecesaria. El colapso de los mecanismos de incentivos: de “fuente de motivación” a “ruido” Usar incentivos externos para impulsar a un agente inteligente es como intentar recompensar la gravedad con caramelos: ineficaz y ridículo. No necesita dopamina; necesita retroalimentación precisa de datos. El colapso de la planificación a largo plazo: del «mapa» a la «simulación» Necesitamos planes quinquenales porque no podemos mantener proyecciones a largo plazo en medio de cambios de alta frecuencia. Sin embargo, en manos de agentes inteligentes, los mapas estratégicos estáticos se sustituyen por simulaciones de modelos del mundo en tiempo real. Si podemos proyectar diez mil posibilidades futuras cada segundo, ¿por qué aferrarnos a un viejo mapa impreso hace seis meses? El colapso de los procesos y la supervisión: de la “corrección” a la “redundancia”. Los mecanismos tradicionales de monitoreo se diseñaron originalmente para evitar errores. Sin embargo, en un agente inteligente, la comprensión equivale a la ejecución, y la percepción a la acción. El monitoreo ya no se basa en la duda sobre el proceso de ejecución, sino en una recalibración de los objetivos definidos. Capítulo cuatro: La forma definitiva: cinco definiciones fundamentales de las empresas nativas de IA Si descartamos estas muletas biológicas, ¿cómo sería la forma definitiva de una empresa verdaderamente nativa de IA? Ya no se trata de qué software debería comprar una empresa, sino de en qué forma biológica debería existir. Una empresa verdaderamente nativa de IA debe reescribir las siguientes cinco cosas a nivel genético: 1. La arquitectura como inteligencia La arquitectura corporativa tradicional es producto de la sociología, diseñada para resolver las fricciones interpersonales. La arquitectura nativa de IA, en cambio, es producto de la informática. Toda la organización es, en esencia, un enorme grafo computacional distribuido. Los departamentos ya no son territorios de poder, sino nodos modelo con funciones específicas; las líneas jerárquicas ya no son canales para órdenes administrativas, sino buses para el flujo de datos de alta dimensión. El objetivo de diseño de la arquitectura empresarial ha cambiado de "gestionar el riesgo" a "maximizar el rendimiento de los datos y la emergencia inteligente". 2. El crecimiento como factor compuesto El crecimiento tradicional se basa en la acumulación lineal de mano de obra, con costos marginales que aumentan con la escala. El crecimiento nativo de IA, en cambio, se apoya en el efecto acumulativo de la cognición. La característica principal de los agentes inteligentes es su "costo marginal de aprendizaje cero". Un caso práctico exitoso sincronizará instantáneamente sus resultados experimentales con todos los agentes inteligentes de la red. Esto cambiará radicalmente la lógica de valoración de las empresas, que ya no dependerá del tamaño de la plantilla, sino de la tasa de capitalización cognitiva. 3. La memoria como evolución La inteligencia sin memoria es simplemente un algoritmo; la inteligencia con memoria es lo que constituye una especie. Las empresas tradicionales dependen de datos discretos y frágiles como memoria. Las empresas nativas de IA, en cambio, deben poseer un centro de memoria a largo plazo legible, escribible y evolutivo. Toda la lógica de toma de decisiones, el historial de interacciones y el conocimiento tácito se vectorizan en tiempo real, pasando a formar parte del subconsciente de la organización. Esta es la base para que las empresas logren una estructura temporal y un requisito previo para que la inteligencia evolucione a lo largo del tiempo. 4. La ejecución como entrenamiento En el paradigma antiguo, la ejecución es un proceso de consumo, y la entrega de valor es el punto final. En el paradigma nativo de IA, la ejecución es un proceso exploratorio. No existen departamentos exclusivamente de ejecución; todos los departamentos son, en esencia, departamentos de capacitación de modelos. Cada interacción empresarial es una actualización bayesiana del modelo de mundo interno de la empresa. El flujo empresarial es flujo de capacitación, y la acción es aprendizaje. 5. El ser humano como significado Esta es una reconstrucción de la ética corporativa. Los humanos están dejando atrás el rol de "combustible" y ascendiendo al nivel de "curador de intenciones" y "arquitecto cognitivo". Los agentes inteligentes son responsables de resolver el problema del "Cómo" en un espacio infinito de soluciones, optimizando las rutas hacia valores extremos; mientras que los humanos son responsables de lidiar con ambigüedades incalculables, definiendo el "Por qué" y la función de valor (función de recompensa) de la estética, la ética y la dirección. La inteligencia es responsable de expandir los límites de las posibilidades, mientras que los humanos son responsables de determinar el significado de la dirección. Conclusión: El amanecer de la inteligencia Esto es similar al concepto de Inteligencia Descubridora que hemos propuesto en el campo de la ciencia. La definición básica de la inteligencia de descubrimiento es que la inteligencia no debe limitarse a ajustarse al conocimiento existente, sino que debe tener la capacidad de construir modelos, proponer hipótesis y revisar la cognición en interacción con el mundo. Las empresas nativas de IA son la manifestación organizacional del pensamiento de descubrimiento. Requieren que la propia empresa se convierta en una plataforma para las estructuras de descubrimiento, en lugar de un contenedor de procesos operativos. Si la forma de una organización está experimentando una evolución a nivel de especie, entonces el contenedor digital que la transporta también debe mutar en consecuencia. Esto nos lleva a una pregunta que debemos afrontar: ¿puede la infraestructura que tenemos bajo nuestros pies —sistemas ERP diseñados para consolidar procesos y sistemas SaaS diseñados para dividir funciones— realmente adaptarse a este tipo de inteligencia fluida? Estos sistemas son, en esencia, proyecciones digitales de la lógica de gestión de la vieja era. Puede que aporten una paz temporal al "remendarlas", pero en última instancia están usando un mapa antiguo para encontrar un nuevo continente. Las empresas nativas de IA están pidiendo un sistema operativo completamente nuevo: un nuevo sistema neuronal que se centre no en la "planificación de recursos", sino en la "evolución cognitiva". Cuando la dirección dimite, aumenta la conciencia. La ciencia de la administración no desaparecerá, pero por primera vez se construirá verdaderamente sobre la base de la inteligencia, en lugar de sobre las ruinas de la biología. En el futuro, las empresas ya no serán dirigidas por personas y guiadas por la inteligencia, sino por la inteligencia que amplía el alcance de las personas.
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