Las objeciones artificiales a los centros de datos que involucran el uso falso de agua y los falsos aumentos en las facturas de energía, plantadas en importantes publicaciones, hacen que el desarrollo de la infraestructura de IA sea un saco de boxeo bipartidista en las elecciones intermedias. Este es un intento deliberado de adversarios extranjeros de subvertir la IA estadounidense.
Como siempre, la primera pregunta debe ser "¿cui bono?". ¿Quién se beneficia? Nadie se beneficia más de un estancamiento en el desarrollo de la IA estadounidense que los chinos, que tienen un par de generaciones de retraso en su capacidad informática nacional y conocen muy bien los riesgos de seguir así.