Nunca olvides que si las madres preguntaban a sus pediatras sobre los estudios que mostraban el riesgo de miocarditis en los niños antes de 2025, te llamaban rutinariamente loco. Necesitamos acostumbrarnos a la desconfianza social hacia la mayoría de los expertos e instituciones. Reconstruirla llevará generaciones.
Texto de la carta. La COVID-19 siempre será un infierno para muchas madres. Algunas hicieron preguntas y accedieron a regañadientes. Otras confiaron en la ciencia que les dijeron que no cuestionaran. Aquellos que se negaron a vacunar a sus hijos contra la COVID-19 se sintieron como parias en sus comunidades, escuelas y familias. Y la preocupación que muchas vivirán ahora, a medida que sus hijos crezcan, es devastadora. Debería haber más indignación por estas madres y sus hijos.