Supongamos que toda tu experiencia de vida consiste en despertar en entornos que al principio parecen realistas, pero terminan siendo simulaciones. Si luego te dejaran caer en un entorno llamado El Universo, podrías tener una fuerte sospecha de que estás en una simulación.
De la misma manera, supongamos que toda su experiencia de vida consistiera en despertar en entornos en los que siempre había algún objetivo o propósito implícito que debía cumplir, juzgado por algún poder superior. Si despertaras en un entorno llamado El Universo, podrías estar inclinado a creer que hay un propósito profundo detrás de todo y que hay un Dios que juzga cada una de tus acciones.