Para quienes trabajamos en tecnología hoy en día, The Mirror ofrece tres recordatorios importantes: 1) La tecnología puede resolver problemas, pero también puede destruir narrativas. La sociedad funciona no solo con base en la verdad, sino también en historias, imaginación y espacio para la ambigüedad. 2) No todo lo que es técnicamente factible vale la pena. «Técnicamente factible» no es lo mismo que «civilizacionalmente tolerable». 3) La privacidad no es pretenciosidad, sino una barrera protectora de la civilización. Brinda a las personas la oportunidad de cometer errores, arrepentirse y empezar de cero.
Finalmente, me gusta especialmente esta anotación que añadí a "El Espejo": No es que el mundo sea demasiado oscuro, sino que no podemos soportar la luz absoluta. En una era en la que la IA se vuelve cada vez más poderosa y utiliza la tecnología para iluminar la oscuridad, también debemos preservar cuidadosamente algunas sombras y ambigüedades para la humanidad, donde se esconden la dignidad, la esperanza y el coraje para seguir viviendo. -- encima