Los daneses han estado publicando estadísticas detalladas sobre delincuencia y otros resultados sociales de grupos inmigrantes desde finales de los años 90. Es chocante lo mal que algunos grupos específicos logran integrarse, la cantidad de violencia que generan y lo costoso que es para el Estado danés acogerlos.
Es igualmente notable el buen desempeño de otros grupos. Los japoneses tienen, literalmente, las tasas de criminalidad más bajas de todos los grupos analizados en Dinamarca. Los estadounidenses tienen casi el mismo nivel. La inmigración funciona bien cuando se selecciona a los mejores de los países con mejor desempeño.