Esta semana se cumplen cinco años desde que salimos oficialmente de California. En cinco años, pasamos de cero a tres hijos (inminentemente), nuevos trabajos, un entorno diferente y prioridades completamente nuevas. En aquel momento, la decisión parecía impulsiva e impermanente, una decisión fácilmente reversible que podríamos achacar a la COVID, así que para qué darle tantas vueltas. En retrospectiva, resultó ser una de las decisiones más trascendentales y mejores de nuestras vidas. Todo esto quiere decir que estas bifurcaciones son poco frecuentes y no son evidentes en su peso e importancia. Pero cuando el portal se abre ante ti y sientes la necesidad instintiva de cruzarlo, suele ser una señal para lanzarte y maravillarte con todos los regalos y cambios que vendrán después.
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