Es fascinante cómo todas las cuentas de propaganda resultaron estar visiblemente basadas en países adversarios de EE. UU. Uno pensaría que sus servicios de inteligencia serían mejores para mantener intermediarios estadounidenses. Supongo que se dieron cuenta de que no necesitaban preocuparse por ocultarse.
Por ejemplo, esperaba que estas cuentas se administraran desde San Petersburgo, pero no esperaba que iniciaran sesión con direcciones IP locales.