Creo que uno de los mayores problemas que afrontan los países occidentales es el colapso demográfico: cada vez menos jóvenes mantienen a un número creciente de jubilados (y de personas que envejecen). A medida que la población envejece y disminuye, el trabajador medio se ve obligado a pagar más impuestos para financiar las pensiones, la sanidad y los programas sociales para las personas mayores. Mientras tanto, los ricos se hacen cada vez más ricos. Se benefician de sistemas tributarios que favorecen las rentas del capital frente a los salarios, utilizan resquicios legales y desvían dinero a paraísos fiscales. El resultado es una enorme presión sobre la clase media: los trabajadores comunes pagan más, mientras que los ricos pagan proporcionalmente menos. Esta situación es especialmente peligrosa porque crea un terreno fértil para los populistas que ofrecen soluciones fáciles.
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