Los humanos en WALL-E parecen genuinamente felices con la abundancia digital. Son obesos para que no se confunda con una utopía.
Lo más interesante de su uso de pantallas es que la mayor parte la dedican a las redes sociales: parecen estar prácticamente siempre en videollamadas con amigos. Últimamente he estado estudiando la historia de los medios de comunicación y la música, y pensando mucho en cómo podrían ser dentro de 10 o 20 años.
