La ingenuidad de los inversores de capital riesgo se debe a la tesis de Black Mirror, que sostiene que quien logre convertirse en el villano de Black Mirror ganará cien billones de dólares, igual que en la serie.
Siguiendo esta línea argumentativa, las firmas de capital riesgo más crédulas se están volcando abiertamente en la villanía, interpretando indicios evidentes de maldad (como las promesas de resucitar a los muertos) como señales positivas. De este modo, se abre la posibilidad de jugar a la misma estrategia que Black Mirror.