Reconocer la propia ignorancia es una condición necesaria para la superación personal; el verdadero peligro reside en no ser consciente de la propia ignorancia. No tiene sentido comentar o expresar opiniones sin haberlo intentado realmente, porque no se trata de ideas genuinas, sino más bien de ilusiones fruto de la ignorancia que surgen de la propia mente. Al igual que cuando, por ignorancia, comenté que el I Ching era una superstición, un amigo me dijo que tenía derecho a cuestionarlo, pero que si quería sacar conclusiones, primero debía ponerlo en práctica. Así que me traje tres libros para leer y practicar, y descubrí mi ignorancia, pues me había estado basando en rumores. Sin experiencia práctica, el silencio es la mejor opción.
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