¿Te has preguntado alguna vez qué pasaría con la sociedad y el sistema económico si las capacidades de la IA superaran con creces las de los humanos, y el valor del trabajo humano se acercara a cero o incluso fuera negativo (debido al error humano)? Emad @EMostaque concedió recientemente una entrevista online en la que habló sobre este tema 👇🏻 Es posible que veamos este tipo de inversión inteligente ocurrir en los próximos 1000 días. La productividad de la sociedad humana ha evolucionado desde la tierra hasta las fábricas, y luego al capital y la propiedad intelectual. En la era de la IA, la productividad se traduce en potencia informática. Si no podemos construir una función de recompensa "centrada en el ser humano", la IA acabará por extinguir el sentido de la existencia humana (no tendrá valor en la acción, y quizás solo quede un valor físico). Sin embargo, si existe tal función de recompensa, debe ser descentralizada. Solo evitando el monopolio podrá evitar descontrolarse. Así, la gente busca maneras de minar criptomonedas, que a su vez representan recursos informáticos. Esta potencia informática sustenta sistemas públicos de IA, que a su vez sirven a toda la humanidad. Esta moneda digital básica es, en realidad, Bitcoin. En el pasado, la gente realizaba cálculos hash inútiles, ¡pero en el futuro utilizarán la IA para resolver todos los problemas valiosos! Resolver estos problemas y obtener moneda —esta moneda descentralizada es en realidad una prueba de actividad computacional que utiliza recursos de potencia informática—. Sin embargo, la gente tiende a acumular cantidades limitadas de dinero en lugar de usarlo. Una moneda que pierde liquidez no puede funcionar como medio de intercambio eficaz en una economía. Esto se conoce como la Ley de Gresham o la espiral deflacionaria. Por lo tanto, también es necesario construir una moneda circulante para separar la reserva de valor del medio de intercambio. Cada persona real verificada adquirirá de forma automática y continua una nueva moneda en circulación a través de su IA personal. Esta moneda está vinculada a una moneda digital subyacente, lo que garantiza la estabilidad de su valor. Este dinero es un derecho con el que todos nacen y constituye la base de la red de seguridad social. Esto evita el estancamiento económico provocado por una moneda única deflacionaria. La gente estaría dispuesta a gastar la moneda en circulación a cambio de servicios proporcionados por la IA, mientras que la IA necesitaría ganar estos créditos sirviendo a los humanos y luego usarlos para pagar la potencia informática necesaria para operar (que eventualmente podría intercambiarse por Foundation Coin u otras monedas). Cuando la IA solo puede consumir estas monedas en circulación, su función de recompensa se vincula a acciones beneficiosas para la sociedad y la humanidad, logrando así una alineación de incentivos. Esto ayuda a contrarrestar los temidos "cánceres de la IA". ----------- En la misma entrevista, Emad también mencionó otro punto: las asombrosas capacidades de la IA generativa sugieren que el universo mismo puede poseer algún tipo de estructura subyacente para la computación o la información, y simplemente estamos en el proceso de "descubrir" esta estructura; estamos descubriendo la inteligencia en lugar de inventarla. La misma arquitectura de modelo de IA subyacente (como Diffusion y Transformer) puede aprender y generar contenido de campos aparentemente completamente diferentes con tasas de compresión extremadamente altas, desde el plegamiento de proteínas y la simulación del mundo físico hasta el lenguaje humano y los sistemas económicos. Estos modelos pueden abordar los principios operativos más fundamentales del mundo real; el universo mismo puede ser un sistema computacional masivo que minimiza algún tipo de "función de pérdida" (como la entropía o la brecha de información). ----------- Con el avance de la IA, el valor de la humanidad Cuando las capacidades cognitivas y computacionales dejen de ser recursos escasos, el valor de la humanidad volverá a aquellos aspectos que no se pueden cuantificar: Por ejemplo, las redes de relaciones: conexiones entre personas, un sentido de comunidad y relaciones sociales. Por ejemplo, experiencias interactivas en el mundo real: el valor de pasar tiempo con la familia y los amigos, creando y experimentando cosas juntos. Por ejemplo, convertirse en un pensador independiente: convertirse en un ser consciente con experiencias emocionales, algo que la IA tal vez no pueda replicar. El auge de la IA nos obliga a replantearnos las métricas de valor más allá del PIB y a centrar nuestra atención en la prosperidad humana a largo plazo y en el sentido de la vida. Fuente de la entrevista: https://t.co/PHurYHMVKE
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