He renacido, renacido la noche antes de comprar acciones de Meta y Orcl. En esta vida, voy a recuperar todo lo que me pertenece por derecho. En mi vida anterior, era extremadamente pobre. La única vez que decidí invertir fue aquella fatídica noche. Ese día, me senté frente a mi computadora y, sin dudarlo, hice clic en el botón de "comprar" en las acciones de Meta y Oracle; como resultado, llegó el Viernes Negro y mis últimos ahorros se esfumaron. Ahora he renacido. A las dos de la madrugada, la pantalla del ordenador se iluminó, mostrando un mísero saldo de cinco mil dólares en mi cuenta. El viento parecía recordarme: «Solo tienes una oportunidad». Me sudaban las manos mientras tecleaba rápidamente el código: «SNDK, 200 doomsday call». Acto seguido, con decisión, guardé una captura de pantalla. Por si acaso renazco mañana, al menos servirá de prueba. Pero la vida no es tan sencilla. Justo después de confirmar el pedido, de repente me di cuenta: si recuerdo la subida del SNDK, también recuerdo la bajada de tipos de la Reserva Federal el mes siguiente, el boom de la IA, el desplome del Bitcoin… Un torrente de recuerdos me inundó la mente; mi cerebro iba a mil por hora. Quizá, en esta vida, no solo compre SNDK; ¡seré mi propio Warren Buffett! Así que saqué mi cuaderno y anoté mi ambicioso plan: primero, comprar oro; luego, vender bonos en corto; y, de paso, especular con acciones de empresas de inteligencia artificial. Una vez que haya ganado mi primer millón, iré a reconquistar a mi exnovia. Mientras escribía esto, de repente sonreí: en mi vida pasada, me dejó diciendo que estaba perdiendo el tiempo; en esta vida, si supiera que me he hecho rico especulando con la bolsa, probablemente volvería. Le di un sorbo a mi café frío mientras observaba la luz verde parpadear en la pantalla. Rebirth no se trata solo de comprar las acciones correctas; se trata de no volver a dudar jamás. Esta vez, dejaré que los designios del destino dirijan mi propia vida.
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