Una carta de un abogado de Amazon tensa repentinamente el ambiente en Silicon Valley. El destinatario del correo electrónico era Perplexity, una conocida empresa de búsqueda con IA en Silicon Valley. Este acontecimiento demuestra que la IA está empezando a desafiar a los gigantes empresariales tradicionales y a las reglas de negocio establecidas... La razón es que su producto principal, Comet AI Browser Assistant, es un asistente de IA que puede ayudar a los usuarios a navegar por Internet, buscar, comprar, leer e incluso pensar. El cometa de Perplexity puede ayudar automáticamente a los usuarios: Inicia sesión en Amazon; Comparar productos; Compra productos en función de tus necesidades reales, no de las recomendaciones publicitarias. Los usuarios pueden simplemente decir: "Cómprame un MacBook Air de 13 pulgadas en Amazon". Comet permite a los usuarios iniciar sesión en sus cuentas de Amazon, buscar, comparar y realizar pedidos sin necesidad de intervención del usuario. Para los usuarios, así es como se presenta el futuro: la IA finalmente se ha convertido en una verdadera "fuerza laboral digital". Pero Amazon no ve esto como una innovación, sino como una amenaza. Esto significa: Menos usuarios hacen clic en los anuncios; Amazon ha perdido el poder de "guiar el consumo"; Los ingresos de la plataforma podrían reducirse significativamente. Entonces, se envió una carta del abogado. Se requiere perplejidad: Amazon prohíbe a su asistente de IA realizar cualquier acción de usuario en la plataforma de Amazon. Amazon argumenta que el asistente de IA Comet de Perplexity "suplantó la identidad de un usuario humano" para navegar y realizar pedidos, interfiriendo con la experiencia de compra personalizada, afectando la seguridad de la plataforma y la protección de datos, y potencialmente violando la CFAA (Ley de Fraude y Abuso Informático) y los Términos de Servicio de Amazon. La solicitud tiene por objeto que el tribunal prohíba a Comet operar de la manera actual dentro de la plataforma de Amazon. Esta es la primera vez que Amazon, y de hecho cualquier gigante de la industria tradicional, emprende acciones legales contra una nueva empresa de IA. La razón suena grandilocuente: "Para proteger la seguridad de la plataforma y la privacidad del usuario"; Pero Perplexity lo ve más como una prohibición flagrante. Perplexity respondió en su blog, declarando: "El acoso no es innovación." Este conflicto no es solo un enfrentamiento entre dos empresas. También es un debate importante sobre la propiedad del poder de la IA. La IA se está transformando de una "herramienta" en "fuerza laboral". Este conflicto no fue accidental, sino más bien un proceso de "redistribución del poder" por el que pasan todas las revoluciones tecnológicas. 🔹 El primer caso se dio cuando Internet permitió que la información fluyera de los medios de comunicación al público; 🔹 La segunda razón es que el internet móvil ha trasladado el tráfico de los sitios web de PC a las aplicaciones; 🔹 Y ahora, la IA está transfiriendo el "control" de la plataforma al usuario. Durante el último medio siglo, el software ha sido una herramienta. Usamos Excel para la contabilidad, Photoshop para editar fotos y navegadores para acceder a internet. Estas herramientas carecen de autonomía: dependen de la intervención humana. Pero hoy en día, el papel de la IA ha cambiado. La IA moderna puede comprender el contexto, predecir necesidades y realizar tareas. Ya no se trata solo de un "programa que obedece órdenes", sino de un agente que puede tomar la iniciativa y actuar en su nombre. El cometa de la perplejidad es precisamente esta nueva especie: Es un "asistente digital", o más exactamente, un "clon digital" del usuario. Esto atañe a la lógica fundamental del internet tradicional. Porque en la "economía de plataformas", cada clic, pausa, búsqueda y compra realizada por un usuario... Todas estas son fuentes de ingresos para la plataforma. Se recomiendan mediante publicidad, clasificación de pujas y orientación algorítmica. Manipula sutilmente la atención y los procesos de toma de decisiones humanas. Pero ahora, Comet permite a los usuarios eludir todo eso. La IA te ayuda a tomar decisiones y comparar precios, sin que veas anuncios ni hagas clic en recomendaciones. Representa la voluntad del usuario, no el algoritmo de la plataforma. Esto significa: Los usuarios ya no son manipulados por algoritmos; La publicidad ya no puede ser "segmentada con precisión"; La relación entre empresas y usuarios ha pasado de la "exhibición pasiva" a la "solicitud activa". Para un modelo de negocio que se basa en "controlar la atención, vender tráfico y dirigir anuncios", La IA es una amenaza estructural. Esto asusta a los gigantes tecnológicos. Porque una vez que los usuarios tengan su propia IA... El control de la plataforma comenzó a colapsar. La ansiedad de las "Amazonas": Tráfico incontrolado El modelo de negocio de Amazon es, en realidad, una "máquina de atención" extremadamente sofisticada. El usuario creía que estaba buscando productos. Pero en realidad, las páginas que ves han sido ordenadas con precisión por innumerables algoritmos comerciales. La sección de recomendaciones no está diseñada para ti, sino para los anunciantes. Detrás de la etiqueta “Patrocinado” se esconde un presupuesto publicitario multimillonario. En la última conferencia telefónica sobre resultados, el director ejecutivo Andy Jassy incluso afirmó directamente: “Observamos una rentabilidad muy alta de la inversión publicitaria, que se ha convertido en un importante motor de crecimiento para la empresa.” En otras palabras, Amazon ya no es solo una plataforma de comercio electrónico. En realidad, se trata de un sistema masivo de distribución publicitaria. Pero cuando Comet entra en juego, los usuarios podrían decir solo una cosa: "Ayúdenme a encontrar los auriculares Bluetooth con la mejor relación calidad-precio." La IA omitirá los resultados publicitarios y encontrará la opción que realmente satisfaga tus necesidades. Los usuarios obtienen la solución óptima y Amazon pierde clics en anuncios. En la contabilidad de la economía de plataformas, esto supone una amenaza directa para los beneficios. El enfoque de Amazon no es un caso aislado. En las últimas décadas, casi todos los gigantes de la industria han tomado decisiones similares al enfrentarse a tecnologías disruptivas: La lucha de poder entre tecnología y poder: ¿Para quién debería trabajar la IA? La cuestión fundamental de este conflicto no es realmente "si se puede acceder o no al sitio web". Más bien, se trata de una propuesta más profunda: ¿Para quién debería trabajar la IA? ¿Es una plataforma? ¿Para desarrolladores? ¿O para el usuario? En su respuesta, Perplexity propuso tres principios, que se consideran el "Manifiesto del Agente de Usuario": Privado: Los asistentes de IA tienen los mismos derechos de acceso que los usuarios, al igual que los humanos, y no deben ser discriminados. Personalización: La IA trabaja para los usuarios, no para las empresas; sus intereses se alinean con los de los usuarios, en lugar de ser comprados por algoritmos. Potente: La IA debe tener plena capacidad de ejecución y sus habilidades no deben verse debilitadas por intereses creados. Estos tres puntos atacan casi directamente el talón de Aquiles de la plataforma. Porque presagian un futuro disruptivo: Los usuarios ya no dependen de las plataformas, sino que utilizan su propia IA para "actuar de forma autónoma" en Internet. Esto transforma la plataforma de un "actor dominante" a un "actor relegado". Esto hace que los modelos publicitarios, los algoritmos de recomendación y los perfiles de usuario sean completamente ineficaces. La IA no solo está liberando el trabajo humano, También está redefiniendo la estructura de poder. Por lo tanto, nos enfrentamos a tres cuestiones clave de cara al futuro: 1. ¿Tienen los usuarios derecho a elegir su propio asistente de IA? Si la IA puede representarme en las compras, la comunicación y el aprendizaje, entonces es esencialmente "parte de mi identidad digital". Ninguna plataforma tiene derecho a impedirme usar el servicio "con mi propia IA". 2. ¿Tiene la plataforma derecho a distinguir entre "usuarios humanos" y "agentes de IA"? Cuando un asistente de IA actúa completamente con la autorización del usuario, debería disfrutar de los mismos derechos de acceso que un humano. De lo contrario, esto se consideraría "discriminación tecnológica". 3. ¿Cómo debería la regulación equilibrar la innovación y la equidad? Los reguladores deben prevenir el mal uso de la IA y su invasión de la privacidad; pero también deben proteger a los innovadores de las prácticas monopolísticas. La innovación en IA no es una "amenaza para el tráfico", sino más bien un "progreso en beneficio del interés público". Esto podría requerir una nueva reforma ética e institucional, aunque tal vez aún esté muy lejos de ser una realidad. Pero la carta del abogado de Amazon ha marcado el comienzo de una nueva era de transformación empresarial mediante la IA y de una nueva ética social... En aquel entonces, Amazon desafió a Walmart, pero ahora se ha convertido en el nuevo Walmart. La ironía de la historia es que: Todo innovador que promueve la libertad puede, con el tiempo, convertirse en un nuevo guardián. La revolución de la IA está reabriendo esa puerta. Empodera a las personas y permite que la tecnología vuelva a su propósito original de "servir a las personas".
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