Este es el aspecto más problemático de los agentes de propósito general: las tareas son difíciles de evaluar y, sin una evaluación eficaz, no hay forma de mejorarlas ni optimizarlas. No es un resultado que se pueda medir en 0,1. Es probable que la forma futura de la IA se parezca más a los abogados que cobran por hora, utilizando tokens. El pago por actuación es una comisión. Debe haber un equilibrio entre ambos. El objetivo es informar a los usuarios de que, si bien necesito dedicar tiempo al trabajo, no hay garantía de un resultado, pero si se logra un resultado, cobraré una tarifa por dicho resultado. Si se pierde tiempo sin obtener resultados, se emitirá un reembolso si el problema radica en la IA; si se debe a instrucciones y contexto humanos insuficientes, la persona responsable asumirá las consecuencias.
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