Firmé la carta de oferta ese mismo día. Conduje de regreso a Los Ángeles. Presenté mi renuncia con dos semanas de anticipación y comencé a trabajar en LinkedIn el lunes siguiente. Dormí en el sofá durante un tiempo, compartí habitación con un amigo (de una organización universitaria), y finalmente gané suficiente dinero para poder permitirme mi propia habitación, lo cual era un lujo en aquel entonces. Pero ese papel fue un catalizador para toda mi carrera. A partir de ese puesto, entré en el marketing de redes sociales, conocí al fundador de la startup para la que lideré el crecimiento, conocí a mi futuro jefe que me ayudó a conseguir mi trabajo en a16z, y probablemente he hecho cientos (si no miles) de otras relaciones increíbles.
Para terminar, si tuviera que dar algún consejo a los jóvenes, sería este: Las relaciones rigen el mundo. Así que, ¡lánzate! Únete a clubes y organizaciones, realiza proyectos paralelos, asiste a eventos y considera seriamente mudarte a una ciudad con una alta densidad de personas que se dediquen a lo que tú quieres hacer. Esfuérzate por cultivar relaciones a lo largo de los años. Mantente en contacto con la gente. Comparte con tu red de contactos las novedades sobre lo que estás haciendo. Apoya a los demás en su trabajo y sus proyectos. Si sigues haciendo esto el tiempo suficiente, aumentarás la superficie de contacto para que la suerte te sonría.