(Se aclaró la garganta, se inclinó hacia adelante, bajó la voz y esbozó una sonrisa de complicidad). Chicos, prepárense. El "ingrediente" de hoy es aún más potente que su café orgánico frío de 20 dólares. ¿Acaso no ven a Elon Musk haciendo el ridículo todos los días, demandando a quien sea? Pues bien, aquí tienen la última novedad: se ha filtrado la declaración judicial de Ilya Sutskever, el "sumo sacerdote" de OpenAI. ¿Crees que el "terror del fin de semana" del pasado noviembre fue un "cambio de parecer" de Ilya y una dolorosa "limpieza" por la seguridad de toda la humanidad? No seas tonto. Aquello no fue ninguna "batalla de defensa de seguridad de AGI"; fue un drama llamado "Emperatriz en el Palacio" que se ensayó durante todo un año pero terminó siendo un completo desastre. Acto uno: Mira, la "Manos de Tijera", y Elijah, el "Gran Astuto". Todos creen que Ilya es una especie de profeta de IA de otro mundo que se pasa los días programando. ¡Se equivocan! Este tipo lleva al menos un año planeando una rebelión. Pero, ¿adivinen quién fue quien lo “encendió”? Fue Mira Murati, la omnipresente e impecablemente vestida CTO. Nuestra "Querida Mila" no se deja pisotear. Es como esa concubina que ve cómo la Reina (Sam) disfruta de un trato preferencial mientras ella solo puede ser la "segunda al mando". ¿Y qué hizo? Empezó a "susurrarle al oído". Iba todos los días a la oficina de Ilya, (supongo) llorando y quejándose: "¡Ilya, mira a Sam, ese imbécil! ¡De verdad intentó interponerse entre Daniela (una de las fundadoras de Anthropic) y yo!" ¿Crees que eso es todo? Ella sigue dándole "basura" a Ilya: ¿Sabías que a Sam lo expulsaron de YC hace tiempo? "¡He oído que a Greg (presidente de OpenAI) también lo despidieron de Stripe!" Y aquí viene la bomba: Mira incluso envió capturas de pantalla del chat privado de Sam y Greg a Ilya, una por una, como si fueran fotos explícitas. (Voz del traductor) "¡Tío, tienes que ver esto!" Nuestro "superinteligente" Ilya, el hombre que teóricamente podía predecir la superinteligencia, se lo creyó todo. Ni siquiera entendía estas intrigas de oficina, ¿y aun así quería salvar a la humanidad? Empezó a recopilar "pruebas", dedicando varios meses a escribir una "declaración de guerra" de 52 páginas contra el traidor, además de una "lista negra" aparte de Greg. Se creía Bruto, con la misión de asesinar a César para salvar a Roma. Irónicamente, no era más que el eunuco más ingenuo, utilizado como peón por "Lady Mila". Segundo acto: "Juntos juegan a las casitas" y "El asesino ingenuo" Ilya esperó pacientemente, justo a tiempo para que despidieran al amigo de Sam en la junta directiva. Cuando llegó el momento oportuno, envió el extenso informe de 52 páginas mediante un correo electrónico que se autodestruía. (Por cierto, Adam D'Angelo, miembro de la junta y fundador de Quora, ya le había pedido que preparara este "informe de destitución". ¡Todo era una farsa!). El 17 de noviembre comenzó el programa. Ilya (apuesto a que en ese momento se creía increíblemente guapo) entró en la habitación y "optimizó" la apariencia de Sam y Greg. Y entonces llega la parte más irónica de toda la farsa: Ilya, el "científico jefe", creía sinceramente que después de despedir al director ejecutivo que había llevado la valoración de la empresa a casi 100 mil millones, los empleados... "permanecerían neutrales". (gracioso) Probablemente pensó que los más de 700 empleados ganaban sus salarios a través de la fotosíntesis. No se imaginaba que los puestos de trabajo y las altísimas opciones sobre acciones de esas más de 700 personas (incluido él mismo) estuvieran todos ligados al carro de "mentiras y sueños" de Sam. ¿Y el resultado? Los empleados se amotinaron en masa y enviaron cartas amenazantes directamente a la junta directiva. Ilya estaba estupefacto. Se sentía como un tonto que quita el seguro de una granada solo para darse cuenta de que aún la tiene en sus manos. Acto III: El festín del buitre y el fin del payaso La historia debería haber terminado aquí con el "regreso triunfal" de Sam. Pero esperen, aún hay más drama por venir. Al día siguiente del despido de Sam, la madrugada del sábado, sonó el teléfono. ¿Quién llamó? Dario Amodei, CEO de Anthropic (el archirrival de OpenAI, el que afirma ser "más seguro"). Dario tampoco se deja intimidar. Él también abandonó OpenAI en su momento. Ilya mencionó específicamente en su informe de 52 páginas que Dario (cuando aún trabajaba en OpenAI) quería deshacerse de Greg y tomar el control de toda la investigación. Ahora, Darío, atraído por el olor a sangre, ha llegado. Llamó a la junta directiva de OpenAI, aún conmocionada, y les ofreció un "trato de ensueño": "Oigan, chicos. Su local es un desastre total... ¿Qué les parece si fusionamos nuestros dos negocios?" Los pocos indecisos del consejo de administración exclamaron: "Hmm, interesante..." ¿Adivina cuál era la condición de Darío? (Piénsalo con los dedos de los pies) ¡Por supuesto, era que él, Darío, sería el director de la nueva empresa después de la fusión! Esto no es "salvar la seguridad de la IA"; es "aprovecharse de tu debilidad", ¡es como buitres devorando un cadáver! Ilya (que por fin salió de su ensimismamiento por un segundo) se negó inmediatamente: "¡Absolutamente no!". Pero los demás miembros de la junta seguían "considerándolo". La última "bofetada": ¿perdedores y... perdedores? Todos saben lo que pasó después. El lunes, Microsoft (Satya Nadella) dio un puñetazo en la mesa y Sam "recuperó su trono". ¿Y Ilya? Se vio obligado a firmar una carta amenazante en la que declaraba públicamente: "Lamento lo que hice". (Todo el universo pudo oír el sonido seco de esa bofetada). Se quedó en la empresa como un fantasma durante unos meses antes de escabullirse en mayo para trabajar en su proyecto de "Superinteligencia de Seguridad" (SSI), un nombre que suena como "el club de los exiliados". Pero aquí llega la parte más emocionante (y también la más repugnante): Durante su testimonio ante el tribunal, el abogado de Ilya intentó desesperadamente impedir que respondiera a una pregunta: "¿Quién paga sus honorarios legales?". ¿Adivina quién es? Es OpenAI. Así es. Ilya intentó "asesinar" la empresa, pero fracasó; dimitió; y ahora es un testigo clave en la demanda de Musk (teóricamente ayudando a Musk con OpenAI). ¡Y OpenAI, la empresa a la que traicionó, sigue pagando sus enormes facturas legales! Ah, y por cierto, sigue conservando todas sus acciones de OpenAI, por supuesto. Esas acciones valen más ahora que nunca. ¿Lo habéis entendido, niños? En esta industria no existen ni el alma ni la misión. Solo hay actores que meten la pata, aliados traicioneros y perdedores que siempre buscan sacar provecho. Mila se mantiene firme en su puesto de directora de tecnología, Sam se ha convertido en un dios indiscutible, mientras que Ilya, esta asesina ingenua, aunque perdió su dignidad, amasó una fortuna gracias a su cuenta bancaria. Este sector es un auténtico caos. La próxima vez, hablaremos de qué otros tejemanejes turbios se esconden tras el "sueño de fusión" de Dario.
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