1. Escribir para pensar La escritura impone claridad. La mayor parte de lo que llamamos pensamiento no es más que una nebulosa mezcla de impresiones: ideas a medio cocer, opiniones prestadas, sensaciones instantáneas. A menudo, cuando intentas expresar con palabras lo que piensas, te das cuenta de que... no sabes lo que piensas. Escribir ralentiza tus procesos mentales lo suficiente como para considerarlos con detenimiento, para ver las cosas con claridad. Te muestra dónde te estás engañando, las inconsistencias, las lagunas, los huecos. Escribir es como una radiografía. Te permite ver tu interior y descubrir lo que realmente piensas... incluyendo si lo que creías creer se sostiene. ¡Es incómodo! ¡Escribir duele! Pero con el tiempo, cambia la química de tu cerebro, fortalece tu mente y te convierte en un pensador más riguroso. Si quieres pensar mejor, escribe más.
Cargando el detalle del hilo
Obteniendo los tweets originales de X para ofrecer una lectura limpia.
Esto suele tardar solo unos segundos.