Es increíble pensar en lo sangriento que solía ser este país. Hace un siglo, los mineros del carbón eran asesinados a tiros en los pueblos mineros y la Guardia Nacional y los Pinkertons incendiaban campamentos de tiendas de campaña llenos de familias. Avancemos rápidamente a 2020: decenas de millones de personas inundaron las calles para participar en BLM, el mayor movimiento de protesta en la historia de Estados Unidos, con ciudades en llamas, cristales rotos cayendo del cielo y sirenas sonando toda la noche… y solo unas pocas docenas de muertos. Prácticamente todos fueron saqueos o caos aislado en los márgenes de la ciudad. El pasado es otro país.
